domingo, 20 de marzo de 2011

"Su rostro se puso resplandeciente cómo el Sol."

Aclamación: "En el esplendor de la nube se oyó la voz del Padre que decía: Este es mi hijo amado, escúchenlo.”


Evangelio: Mateo (17:1-9)

He escuchado, que cuándo alguien sufre un accidente y le tiene que practicar cirugía reconstructiva en el rostro, en ocasiones puede causar un shock al  ver su aspecto cambiado por completo, porque la identidad es la suma de la manera cómo nos vemos en el exterior y la manera cómo nos percibimos en el interior...cómo nos vemos y quiénes decimos que somos.

Dios padre se manifiesta de una manera especial en el bautismo de Jesús y en este momento de la transfiguración, pronuncia palabras que confirman la identidad de Jesús "El hijo amado" y nos dice claramente la acción a tomar respecto a su Hijo: ESCUCHENLO!

Escuchar es prestar atención especial, es silenciar la mente y los ruidos externos y disponernos al otro, escuchar es un acto de amor, una manera de mostrar que el que me habla es importante para mí. La Palabra de Jesús es vigente y siempre nos está comunicando algo, descubrir que me dice hoy, en mi vida, respecto a mi familia, mis labores, mis proyectos, es decirle, me importas, sé que no estoy en control de mi vida, me abandono a tí. Hacer un tiempo, buscar un lugar, y poner mi atención en Su Palabra, es una escucha sincera, una escucha de amor.

Jesús dice: "Escúcha lo que te tengo que decir."
Contestación: "Abro mis sentido a tí"
Acción de Jesús: "Invita"

Oración: Padre, tu voz es poderosa, porque tienes toda la autoridad, tu nos hablas por medio de Cristo, desembota nuestra mente, abre nuestros sentidos y dispón de nuestro interior para que aprenda a tener una escucha atenta y amorosa a tu voluntad, por Jesucristo Nuestro Señor, Amén.

Con todo mi cariño, y enorme respeto,
Edith Rizo

No hay comentarios:

Publicar un comentario